Entre cuentos y retahílas recordamos los 150 años de historia sanrafaelita
“Yo soy un campesino de acá de San Rafael, nací y me crié en el campo hasta las 18 años que me fui a vivir al pueblo y me puse a trabajar en cantinas y billares, en lo que trabaja uno cuando está desubicado”, se presenta don Hernán.
A sus 43 años, Hernán Arrubla recorre San Rafael y recoge su historia cultural. Este amante de la tradición oral, sin ser historiador es la fuente número 1 de quienes quieren conocer este municipio del Oriente antioqueño.
Primero fue el oro, luego la agricultura, los pobladores de San Rafael vivían en torno a sus sembrados de café, maíz, fríjol, yuca y plátano y desde muy pequeño don Hernán empezó a trabajar con su papá. A los 13 años ya sacaba su propia cosecha.
De 18 años empezó el bachillerato y 5 años después salió graduado. Aprendió también de construcción y carpintería.
Pasó toda su infancia en la vereda Dantas y allá con sus hermanos y vecinos hacían caballitos con los racimos de plátanos y las casitas para jugar, con las tablas del potrero. La mejor noticia para Hernán y para los amigüitos de aquel entonces, era que sus papás los llevaran a mercar a la plaza.
Reinaldo, el papá, y Hernán, visitaban el mercado lleno de carnicerías, graneros y verdulerías, y compraban los productos que los campesinos bajaban a vender.
Él y su familia disfrutaban los fines de semana y a veces después de la escuela, de los ríos y quebradas que se encuentran en abundancia en este municipio; no por nada ha sido conocido como “Paraíso de aguas cristalinas” y sus cauces han sido motivo de visita para propios y extraños.
Los cerca de 16 mil habitantes que comparten este territorio de 362 kilómetros cuadrados, disfrutan en enero de la Fiesta del Rio y en octubre de las fiestas patronales, en las que celebran la fundación del municipio en 1864.