Pastora Mira, una mujer de San Carlos que padeció el asesinato de su padre y dos de sus hijos, fue la encargada de representar a las víctimas del conflicto armado en el encuentro que estas tuvieron con el papa Francisco en Villavicencio, donde el pontífice se reunió con ellas después de celebrar una misa campal ante más de 600.000 personas.
En el encuentro, Pastora leyó el relato de los crímenes que cometieron contra sus familiares, junto con una reflexión. “La responsabilidad de portar la voz de todos los colombianos víctimas del conflicto no es nada fácil, pero creo que la parte central del mensaje es que cada corazón haga lo que el ser humano quiere que pase”, dijo la sancarlitana en diálogo con ASENRED.
Después de leer su testimonio, Pastora saludó al papa, quien le expresó que el mensaje que daba a toda Colombia lo hacía a través de ella. “El papa me dijo: Pastora, vamos por el camino correcto”, expresó.
A la reunión, Pastora llevó una camisa que perteneció a su hija Sandra Paola, desaparecida, le regaló a su hijo Aníbal, asesinado. La dio como ofrenda al Cristo mutilado de Bojayá, imagen que estaba expuesta en el lugar del encuentro. Refiriéndose a la camisa, afirmó que “para nosotros es un elemento sagrado, que se ha protegido, se ha guardado, se ha conservado, pero llegó el momento de dejar atrás el dolor, de forma simbólica, a través de ese objeto de seres queridos que ya no nos acompañan”.
En un discurso que pronunció después de escuchar los testimonios, el papa se refirió a Pastora y a su historia: “Tú, querida Pastora, y tantos otros como tú, nos han demostrado que esto es posible: con la ayuda de Cristo es posible vencer el odio, es posible vencer la muerte, es posible comenzar de nuevo”, expresó el pontífice.