En total son 38 deportistas antioqueños convencionales quienes serán un ejemplo dentro y fuera de los escenarios deportivos y darán todo su esfuerzo para conseguir una medalla llevando a Londres el mensaje de que en Antioquia la más Educada el juego limpio y la legalidad están por encima de todo.
El Tratado de Libre Comercio entre Colombia y Estados Unidos ha representado un fenómeno económico, político y social, generando una interesante discusión en la opinión pública colombiana sobre la pertinencia o no de su implementación y los beneficios reales que trae para los diferentes sectores productivos del país.
Por: Laura Zuluaga
Aunque muchos han celebrado la entrada en vigencia de este acuerdo, que representa la apertura de un inmenso mercado para las empresas colombianas, otros sectores argumentan que durante la etapa de negociación de esta iniciativa comercial no se tuvieron en cuenta las condiciones y necesidades particulares de muchos sectores productivos, cuya característica principal es que sus trabajadores se concentran en pequeñas empresas familiares. Existe además otro punto de especial preocupación para la competencia equitativa con las empresas norteamericanas y es el déficit en la infraestructura de las vías pavimentadas del país. José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), > indicó que Colombia solo tiene el 8,5% de las vías pavimentadas, y de estas, sólo el 13% están en buen estado. “Esto significa que la infraestructura vial y de transporte tiene un retraso de más de 60 años. En nuestro país, por cada 100 km² de área, 15 km tienen algún tipo de vía, mientras que en Estados Unidos la cifra llega a 67 km”.
Pese a eso, el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos ya ha entrado en vigencia y habrá que esperar los primeros balances. No obstante, en el Oriente Antioqueño ya empiezan a vislumbrarse distintas posiciones frente a esta iniciativa económica. El gremio lechero es un sector que ve en el TLC un cambio histórico frente a la productividad y sostenimiento de sus ideas de negocio. A poco más de un mes de la entrada en vigencia de este acuerdo comercial, algunos representantes expresan preocupaciones, opiniones y estrategias que recientemente han empezado a implementar para afrontar, de un mejor modo, los distintos impactos que traerá el Tratado de Libre Comercio entre Colombia y los Estados Unidos de América.
La problemática del sector lácteo
Hacia el futuro la demanda de leche y otros productos alimenticios se verá impulsada, entre otros factores, por el aumento de la población mundial, ya que es este un producto de primera necesidad. Se estima por ejemplo que en 2050 la población total del planeta será de 9.200 millones de personas. Según la Cámara Gremial Colombiana de la Leche, “América Latina cuenta con los recursos necesarios, para satisfacer esta demanda pues tiene un futuro promisorio como proveedor de leche para el mundo”.
En Sonsón, municipio del Oriente Antioqueño, se ha visto un aumento considerable en el volumen de leche extraída y consumida. Según el zootecnista y miembro de la junta directiva de la Asociación de Productores de Leche, Asocapiro, José Ignacio Pérez Zea “Hace diez años se producían en este municipio de 35 mil a 40 mil litros diarios; hoy se permite una oferta de incluso 65 mil litros diarios, sin contar el consumo local de leche líquida”. No obstante, en este sector existe una especial preocupación con la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio. Casi el 81% de la población productora de leche del país no cuenta con las cabezas de ganado suficiente para generar una gran oferta del líquido. Tampoco tiene la posibilidad de implementar procesos técnicos que garanticen el 100% de la calidad del producto y el bienestar del animal.
Pérez Zea, proyecta un escenario bastante oscuro para el sector lácteo en la región del Oriente y el país con la implementación del acuerdo comercial con los Estados Unidos: “Yo pienso que el sector lechero fue muy golpeado en este acuerdo, gran parte de productores, en su mayoría trabajadores pequeños, sostienen a sus familias a partir del ordeño de un hato promedio de unas 15 o 20 vacas, lo que hace que tengan bajos niveles de producción”, comenta. De hecho, Colombia es el tercer país del mundo donde es más costoso pagarles a los lecheros por el proceso de producción del líquido y donde no se les otorga ningún tipo de subsidio. En Norteamérica, en cambio, la producción del líquido es subsidiada en un 22%, agrega José Ignacio.
La poca presencia institucional también se ve reflejada en la escasa o nula socialización que, previo a la entrada en vigencia del tratado, se hizo con los productores colombianos de leche. En el caso particular del municipio de Sonsón, Pérez Zea, indica que desde el Ministerio de Agricultura no se hizo capacitación alguna frente a los riesgos, oportunidades y situaciones que venían implícitas con el acuerdo comercial.
En cambio, la capacitación frente al tema la lideraron actores privados, empresa dedicadas al sector lechero como Alpina y Colanta que, por una acción de responsabilidad social, buscaron informar a los pequeños y medianos productores de leche sobre los impactos de los Tratados de Libre Comercio de Colombia con Estados Unidos, y posteriormente con la Unión Europea, provocarían en sus pequeñas y medianas empresas. “Yo creo que el grueso del campesinado de Sonsón tiene total desconocimiento de lo que se avecina con el acuerdo comercial”, comenta el directivo de Asocapiro.
Precisamente el presidente de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), José Félix Lafaurie Rivera, “advierte que Colombia se encuentra en riesgo de incrementar aún más la pobreza rural debido a la quiebra que van a sufrir miles de pequeñas y medianas familias productoras de leche debido al TLC con Estados Unidos”.
Los derivados: una oportunidad de competencia estancada
Para hacerle frente a este incierto panorama, algunos productores de leche de Sonsón vieron en los derivados lácteos (quesos, cuajadas, mantequillas, entre otros) una posibilidad de conquistar el mercado norteamericano, mediante la oferta de un producto novedoso, singular y autóctono colombiano. La producción de los derivados requiere un proceso de transformación particular con instrumentos específicos que permitan generar cantidades significativas del producto, y poder competir en igualdad de condiciones con las empresas lecheras altamente tecnificadas de los Estados Unidos.
A pesar de que con el fin de consolidar esta interesante idea de negocio, la Secretaría de Agricultura de Antioquia, la Alcaldía Municipal de Sonsón y el gremio de productores de leche, conformaron una asociación denominada Asprolac, ubicada en la vereda los Llalitos de este municipio; el proceso se estancó por la falta de recursos y la poca preparación empresarial del personal involucrado. Rafael Toro Gutiérrez, representante de dicha asociación, afirma que la falla se produjo cuando las personas que se encargaron de la parte administrativa, al no tener conocimiento del mercado lácteo, cometieron errores que afectaron el flujo de caja del negocio. El nivel técnico que se implementó para producir los lácteos tampoco fue el adecuado, esto hizo que se sacara leche de mala calidad que no duraba mucho en los refrigeradores de los clientes.
Pese a que esta idea de negocio tuvo un costo de $865 millones de pesos en total, la no continuidad del proceso ha hecho que, en el caso de Sonsón, y como posiblemente ocurre en muchas localidades colombianas, estos procedimientos de transformación de la leche se sigan realizando de forma casera y artesanal. De esta manera, se anula una estrategia potencial de competitividad pues la producción doméstica no tiene la capacidad de competir con la oferta masiva de las empresas extranjeras.
Las pocas garantías para competir se evidencian también en los altos valores del producto, los cuales son provocados por los altos costos que tiene la producción artesanal. Así, mientras en el mercado de Nueva Zelanda, por ejemplo, un litro de leche cuesta $650 pesos; en Colombia éste tiene un valor de $800 pesos. Eso ha generado un diferencial de derca de 15% entre el costo local de la leche y el producto extranjero, el cual “impide tener una seguridad competitiva frente a la oferta de otros países”, así lo asegura Diego Miguel Sierra Botero, Secretario de Agricultura del Departamento de Antioquia.
El blindaje del sector lechero
Luego de mas de un mes de implementación del TLC, líderes del sector lácteo del Oriente Antioqueño empiezan a demandar acciones concretas por parte del Gobierno Nacional y Departamental, para mitigar los posibles impactos negativos de este acuerdo político y comercial. El Ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo Salazar, ha comentado reiteradamente que el Gobierno Nacional abordaría esta problemática social con la inyección de recursos destinados a subsidiar a cerca de 350 mil familias productoras de leche que posiblemente se verán afectadas con el Tratado de Libre Comercio.
En el plano departamental, el Secretario de Agricultura y Desarrollo Rural de la Gobernación de Antioquia, Diego Miguel Sierra Botero, expuso en la Cátedra Abierta de la Universidad de Antioquia, Seccional Oriente, realizada el pasado 7 junio, que el objetivo es lograr que en los próximos cinco años el sector lechero esté permanentemente articulado y sostenga dinámicas de comercialización, distribución e industrialización competitivas. El directivo propone la implementación de estrategias técnicas y de investigación para proteger la integridad física del animal y garantizar la calidad del producto ofertado, como por ejemplo el promover una administración eficaz de las pasturas, fuente de alimento que se pierde con el caminado, el pisoteo y el orín del animal. “Para eso se deben realizar periódicamente estudios científicos sobre las propiedades de los suelos y la implementación del análisis folial que determinen los valores nutricionales de las pasturas y sus necesidades respecto al tema de la fertilización”, comenta el secretario departamental.
La idea es articularse con los laboratorios de la Universidad de Antioquia y fortalecer un Convenio con la Universidad Nacional para bajar el costo de dichos estudios y hacerlos más asequibles para los miembros del gremio lechero de la subregión antioqueña. Sierra Botero también plantea la importancia de implementar modelos alternativos de alimentación que garanticen la composición pura de la leche desde el organismo de la vaca. Una de las estrategias que propone es la alimentación en silaje donde se le entrega al animal materia seca para consumir. Este compuesto, que se puede hacer con alfalfa o heno de quicuyo, constituye el 30% de la alimentación del ser vivo y lo ayuda a gastar menos energía y satisfacer más rápido su necesidad de consumo. La alimentación en silaje representa una sustancia de larga duración (126 días) a un costo muy bajo de producción.
Como una alternativa paralela en materia de nutrición del animal, el funcionario plantea la necesidad de retomar un trabajo doctoral, liderado por el Grupo Biogénesis de la Universidad de Antioquia y el sector nutracéutico. En este trabajo de investigación se propone el derivado de palma de aceite, en su estado sólido, como un componente nutricional susceptible de adicionar a la mezcla de alimento del animal. Esto disminuye la grasa y aporta a un mejoramiento proteico de la leche.
Por eso la apuesta por la tecnificación de los procesos de producción, alimentación y cuidado de la genética de los animales, son otros de los retos importantes que se vienen para el sector lácteo nacional y regional. En un plazo mínimo de cinco años se busca capacitar a los productores en materia de emprendimiento empresarial y generación de actividades productivas. En palabras de Alejandro Galetto, de SanCor (Cooperativa Argentina de productores lecheros), el reto del gremio lechero en toda Latinoamérica es conducir a que los productores se conviertan en una organización empresarial competitiva y eficiente.
Fuente: www.orienteapress.com