Ese domingo en que las madres celebraron su día, la familia Giraldo Hurtado lloraba la muerte de Yesid Alejandro, un joven de 16 años que entró a engrosar la lista de víctimas de homicidios en Marinilla y el Altiplano del Oriente.
Elkin Giovanni Giraldo, hermano y patrón de Yesid, cuenta “nosotros trabajábamos haciendo publicidad y decoración de vehículos y de apartamentos (…) él estudió hasta noveno, pero trabajaba de domingo a domingo. Era muy respetuoso, él era de los niños que mejor bajaba la cabeza antes que enfrentarse al papá o a la mamá, era muy sentimental, sus amigos eran los del barrio, de toda la vida”.
10 muerte violentas en 2008, 12 en 2009, 16 en 2010, 38 en 2011, y 10 en lo que va corrido de 2012, son las cifras que maneja la Administración Municipal de Marinilla, sin embargo, las de la fiscalía son más altas, y la comunidad tiene unas cuentas aún más preocupantes.
“Ese sábado terminamos de trabajar como a las ocho y media de la noche, él salió con su motico que yo le había dado para que me la fuera pagando, a su rato de descanso, en busca de novia porque él andaba en busca de novia; fue una noche muy lluviosa, yo me acosté a dormir como a las once y media de la noche, antecitos me lo encontré en el parque, sentadito ahí como lo hacía cada ocho días con sus amigos, cuando como a la una y 20 de la mañana me llamaron a decirme que le habían robado la moto y lo habían matado, pero la moto estaba en la casa, entonces esa no fue la razón”, recuerda Elkin, quien al tratar de hallar una respuesta agrega “Él era pinchadito, se daba gusto, y nosotros los hermanos como trabajábamos también le dábamos gusto a él, y había pelaos que le tenían envidia”.
La muerte de Yesid desató un clamor en la comunidad marinilla que venía acumulándose con cada homicidio, hechos en los que las principales víctimas han sido los jóvenes, en varias ocasiones menores de edad. El 23 de mayo de 2012 los estudiantes de la Institución Educativa Técnico Industrial Simona Duque, familiares, amigos y población civil, marcharon Por el respeto a la vida desde la Plaza de Mercado hasta el monumento Renacer con Esperanza, allí se escucharon una vez más frases como “No más, ni una más, nunca más”, “Verdad, justicia y reparación”, “Otra Marinilla es posible”.
La Mesa de Derechos Humanos del Oriente Antioqueño sesionó desde esta Municipio el 18 de mayo de 2012 en presencia del Alcalde, el Personero, la Secretaria de Gobierno, representantes de organizaciones sociales, y comunidad en general. El objetivo era “discutir la situación de Derechos Humanos – DDHH y altas tasas de homicidios en Marinilla y demás municipios del Altiplano”
Los miembros de la Mesa señalaron que los homicidios tienen varias características, “se presenta la limpieza social, amenazas a líderes comunitarios, defensores de DDHH y abusos de autoridad”.
Ángela Giraldo, Procuradora Provincial del Oriente, señaló “los jóvenes son objeto de la falta de estrategias del Estado, de una falta de estructura del Estado para acogerlos, la unidad familiar está resquebrajada a causa del mismo conflicto armado o del sistema económico en el cual el núcleo familiar se destruye y los jóvenes están sin protección de familia y del Estado, y son víctimas de reclutamiento forzado y caen en manos de la droga, el alcohol, los vicios”.
Por su parte, Adriana Gómez Tamayo, Secretaria de Gobierno indicó que la situación se da por “un conflicto que obedece a la presencia o a una emergencia pequeña que aparece o desaparece, que puede ser muy coyuntural, con respecto a bandas criminales, articulado al comercio de estupefacientes en pequeñas cantidades y que desafortunadamente en ese cruce y conflicto muchos jóvenes de Marinilla han perdido su vida”.
Otras cifras que alertan a la Mesa son los 601 desaparecidos reportados del Oriente Antioqueño, 2.500 NN, y una comparación que evidencia, según Luis Fernando Calle, de Prodepaz, que las tasas de homicidios comunes actualmente están cercanas a las de los años 2001 y 2002 cuando el conflicto armado azotaba de forma inclemente la Región.
Una de las dificultades es que todas las entidades manejan cifras diferentes, lo que impide conocer el panorama real, además se señaló que hay autoridades débiles para hacer cumplir la Ley “Si se dice que a las 12 de la noche se cierran los establecimientos públicos, es a esa hora; que no se debe expender ni consumir licor en las calles y andenes, hay que hacerlo cumplir y si no lo hacen hay que someter a las sanciones respectivas (…) en municipios como Marinilla es peor, porque ni siquiera están las normas”, agregó Ángela Giraldo.
Otro tema abordado, pero en el que no se profundizó, fue la tendencia de las bandas de diferentes sectores de citarse a través de las redes virtuales y enfrentarse en las calles. Una habitante de la Calle de San José, de Marinilla, denunció que el 5 de mayo desde las 6 de la tarde y casi hasta las 10 de la noche, cerca de 300 jóvenes se encontraron, citados por Facebook, en el sector y en un momento se desató una pelea donde resultaron dos muertos y fue necesario pedir ayuda de la policía de Rionegro para controlar la situación “me quemaron una ventana y al otro día las paredes de toda esta calle amanecieron literalmente pintadas con la sangre de los heridos”, comentó la mujer.
Poco se ha pronunciado la oficialidad al respecto, pero es claro que esta nueva modalidad debe ocupar la atención de las autoridades.
Desde la Mesa se propuso hacer una caracterización de las muertes, que facilite los análisis del fenómeno y se brindará apoyo y acompañamiento al observatorio de DDHH local.
“De Yesid recordaremos lo juguetón que era, desde que se levantaba jugaba, él iba mucho a mi casa y se entendía mucho con mi hijo, era el hermanito del alma, extrañaremos todo, su sonrisa, su alegría, su juventud, es que él era hermoso”, concluyó Damary Giraldo, del joven asesinado.
Fuente: Inforiente