Un espaldarazo a la labor del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, en su búsqueda de la paz, hizo ayer en Medellín, el expresidente uruguayo José Mujica.

“Puedo tener diferencias con su manera de pensar, en política social y económica, pero me veo en la obligación de respaldarlo (…) porque nada vale tanto como la paz”, afirmó.

Mujica, que presentó en la capital antioqueña su libro autobiográfico, Una oveja Negra al poder, cuestionó que se pretenda revivir un proceso de justicia contra miembros del M-19 por su responsabilidad en la toma del Palacio de Justicia, 30 años después.

“Es algo inoportuno. Me da la impresión que es muy lindo elaborar la justicia desde un despacho, pero un proceso de paz no debe tener obstáculos jurídicos contra la soberanía de semejante decisión”, enfatizó.

El líder político también respaldó a las víctimas en Colombia de quienes dijo hay que tenerlas en cuenta y merecen verdad y reparación. “Hay que respetar la memoria y el dolor. Felicito a Colombia por esta salida y creo que es un pueblo que tiene posibilidades fantásticas, es un país riquísimo y necesitamos una América fuerte y rica. Por eso el camino de la paz es inteligente”, apuntó.

El expresidente uruguayo se reunió ayer con el alcalde de Medellín, Aníbal Gaviriay con el mandatario electo, Federico Gutiérrrez, quienes lo invitaron a la celebración de los 400 años de esta ciudad, en marzo. Mujica participa en la ciudad en la séptima Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales.

Guerrilleros en el Congreso

Mujica destacó como viable que los guerrilleros desmovilizados dentro del proceso de paz colombiano ocupen curules en el Congreso de este país.

“No me parece que sea una cosa fenomenal, pero ellos tendrán que buscar una adaptación y la propia sociedad también la tendrá que vivir. Además cinco o diez cargos en un parlamento, no pasa nada. A lo mejor es una manera para ir agarrando oficio”, aseveró.

Añadió que “Yo pasé en cana (preso) y llegué a ser presidente de la República, pero con los votos de la gente, y la gente lo hizo por mis años de lucha, en el parlamento”.

Mujica añadió que si la llegada de los desmovilizados de las Farc al Congreso es una condición para la paz, el pueblo colombiano tendrá que decidirlo.

La defensa de la vida

En su discurso de anoche en la Conferencia de Clacso, Mujica dedicó varios párrafos a la gente joven, al señalar que aunque ve una enorme falta de liderazgo en el mundo, al mismo tiempo observa una fuerza juvenil con aliento. “Me dice que algo está pasando en esta sociedad conectada: hay una germinación de gente inquieta que está buscando su rumbo y su lugar en la construcción de la historia venidera”.

Dijo que al estar en Colombia, lo primero es conseguir la paz. “Ningún bien es más importante que la vida, esto es de perogrullo. Pero el ser humano, que es complejo, conspira contra la vida. Lo hacemos individualmente, sabemos que el cigarro mata, pero lo fumamos, y así sucesivamente”, observó.

Y reflexionó: “¿Y que decimos de la guerra? Es la forma mas eficiente de destruir la vida. Y disfrutamos en esa eficiencia”.

Indicó que el grueso de la guerra son de conquistas y rapiña, cuando no de disputas de intereses. “Por lo general no son guerras de liberación. Entonces este conflicto que se pierde en la historia de Colombia y los sacrificios de América, sabía Gaitán del costo que iba a tener”.

Recordó que hace unos años cuando conoció las montañas de Colombia, ese jolgorio de la fotosíntesis, esa geografía endiablada garantizaba que el conflicto se perpetuara indefinidamente. “Era necesaria una negociación. Hay que dejar a un lado las ideologías de izquierda derecha o centro. Porque la paz es la convivencia humana”.

Fustigó lo que denominó el internacionalismo jurídico cuando se atraviesa a los proceso de paz e invitó a hacer valer la política y reiteró su apoyo a los que sacan adelante este proceso de paz en el país.

¡Ay! la democracia

En otro aparte de su discurso reivindicó el sistema democrático como una filosofía de vida y algo más profundo. “No es solo la institución, es una manera de las relaciones humanas, de levantar la convivencia para que florezca la libertad que significa discrepar”, señaló.

Y subrayó: “sabemos que renguea por falta de oportunidades y de equidad, tiene carencias, claro, y trampea a veces, pero no es un caso secundario para tirar a la basura”.

Mujica dijo que la humanidad ha tenido una cara de cambio, de tendencia social y de cara conservadora, porque probablemente los grupos humanos necesitamos las dos cosas.

“Hay una escalera de lucha por el progreso humano. Me siento orgulloso y convencido como tantos veteranos como yo luchando por utopías, por sueños, por lo que sea, pero luchando”, dijo Mujica, quien durante su intervención fue largamente aplaudido y ovacionado por los asistentes a Plaza Mayor, la mayoría público joven .

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