El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, presentó este miércoles el plan para la implosión del edificio Mónaco y destacó el trabajo con diferentes actores sociales para contar la historia de la violencia en la ciudad desde el lado de las víctimas.
“Vamos a hacerlo para construir a partir de ese momento y crear un parque y un memorial a favor de las víctimas de la violencia en nuestra ciudad y de nuestro país”, afirmó el mandatario y agregó que se desplegarán varias actividades artísticas que comenzarán desde el viernes.
“Esto inicia el viernes, no termina el viernes. La demolición no es más que un acto para comenzar a escribir sobre la memoria y para construir un espacio físico en honor a las víctimas. Tendremos acciones pedagógicas, artísticas, narrativas y comunicacionales”, explicó.
Del mismo modo, agrego que se harán unos recorridos de ciudad con las víctimas contando la historia del narcotráfico. “Entre las estrategias será un tour oficial dentro de esos sitios donde se generó violencia, tristeza y donde han ido naciendo oportunidades”.
Insistió que el edificio Mónaco es un símbolo para los victimarios y de la ilegalidad y además está en ruinas por lo que se debe de derribar. Del mismo modo, explicó por qué una implosión y no otras propuestas que rechazó como la construcción de una central de inteligencia.
“El edificio estaba en ruinas y para recuperarlo se necesitaba inversión aproximadamente de 40.000 millones de pesos en repotenciación y yo como alcalde no estoy dispuesto a que se inviertan esos recursos tampoco allá. Demolerla y construir un parque y un memorial cuesta 10 veces menos que poner a punto un edificio que no es el símbolo de las víctimas sino de un victimario”, indicó.
Gutiérrez explicó además que la inversión total de la implosión y la construcción del parque y el memorial será de 9.000 millones de pesos aproximadamente. Y la estrategia completa supera los 30.000 millones de pesos, aunque confirmó que la empresa privada se ha comprometido con 10.000 millones de pesos.
“Esto es un proceso colectivo y va más allá de la decisión de un alcalde. Es un proceso de construcción colectivo de ciudad donde las organizaciones culturales, sociales, el sector privado se vincula para hacerle un honor a las víctimas”, insistió.
El funcionario recordó en sus declaraciones a Guillermo Cano, director de El Espectador (asesinado en 1986) y el oficial de la Policía Valdemar Franklin Quintero (1989), como el tipo de historias obligatorias para conocer esa época oscura del Cartel de Medellín.
“Estamos hablando de una cantidad de personas que tienen que ser los conocidos en esta historia y también de quienes se volvieron famosos porque la muerte les llegó a través del narcoterrorismo y no tendrían por qué haber encabezado los titulares con sus nombres de las muertes tan absurdas que ocurrían en Medellín y el país”, agregó.
El funcionario insistió en que el objetivo no es borrar la memoria y reiteró que Pablo Escobar solo fue un símbolo de la cultura de la ilegalidad. “Es un proceso en el que estábamos trabajando desde hace tres años con muchos actores de la sociedad, no es borrar la historia sino volver a ella para contarla desde el lado correcto desde las víctimas”, agregó.
Por otro lado, Gutiérrez anunció que varios artistas locales y nacionales, además de la empresa privada, donaron obras de arte que serán instaladas en aquellos puntos donde más se sufrió la violencia y que harán parte de ese recorrido de las víctimas del narcotráfico.
A la pregunta sobre cómo explicarle la historia de las víctimas a los extranjeros que llegan a Medellín con los narcotours, el funcionario insistió en que no se opone al turismo sino que quiere que los extranjeros conozcan la historia como realmente ocurrió. “Aquí no se puede seguir poniendo en lo más alto a quienes fueron los mayores victimarios, lo que hay que mostrar es nuestra historia no negarla, ni borrarla y poner en lo más alto a las víctimas que fueron los verdaderos héroes y leyendas”, concluyó Gutiérrez.
Fuente: El Colombiano