El descubrimiento se hizo mientras se desarrollaba un estudio sobre el pez sabaleta en varias quebradas y ríos de Antioquia. El hallazgo fue confirmado con análisis comparativos con especies ya registradas.
Así lo explicó Néstor Javier Mancera, profesor asociado del Departamento de Ciencias Forestales de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia en Medellín, quien junto con investigadores de la Universidad del Quindío determinaron la clasificación de tres nuevas especies del género Hemibrycon y pertenecientes, a su vez, a la familia de los Characidae y al orden de los Characiformes.
Al respecto, el docente Mancera aseguró que Colombia tiene una alta cantidad de especies de peces que han sido poco estudiadas debido a que no tienen valor económico o no son usadas en la alimentación del hombre. Sin embargo, las halladas desempeñan un importante papel en los ecosistemas que habitan y en su relación con otros animales.
Los nuevos ejemplares fueron capturados en la cuenca del río Magdalena, en quebradas de alta montaña de los municipios de San Carlos y San Rafael.
Las especies
Durante la investigación, fueron capturadas 25 especies que habitan en afluentes del Oriente antioqueño, dentro de las que se encontraban las tres del género Hemibrycon que no habían sido descritas científicamente.
Los investigadores llegaron a esta conclusión después de comparar las medidas morfométricas (la estructura de sus huesos) con las de otros peces; con lo que determinaron que no correspondían a ninguna especie conocida.
La primera fue nombrada como Hemibrycon fasciatus, por las marcas laterales que tiene el cuerpo del pez; la segunda como Hemibrycon cardalensis, por la quebrada El Cardal, donde fue capturada (entre los municipios de San Rafael y San Carlos); y la tercera como Hemibrycon antioquiae, por encontrarse en su mayoría en el departamento.
En cuanto a este descubrimiento, para el año 2008, en Colombia habían sido reportadas unas 1.450 especies de peces de aguadulce, por lo que se calcula que con nuevos estudios en áreas inexploradas, esa cifra podría aumentar a unas 2.000.
“En algunos de estos cuerpos hídricos no se habían realizado estudios de la fauna íctica; por eso, es importante dar continuidad a estas indagaciones en quebradas de alta montaña para conocerlas mejor, definir sus rangos de distribución geográfica y el estado de sus poblaciones”, explica el investigador.
Los nuevos especímenes descritos son de tamaño pequeño (no mayor a 8 o 9 centímetros), por lo que no son de gran importancia para el consumo humano, aunque sí cumplen un papel trascendental para el ecosistema, ya que sus mayores depredadores son peces introducidos para la venta comercial.
Precisamente, cada una de estas especies que convergen en un ecosistema cumple un papel fundamental: reciclar nutrientes del fondo del río y liberar nitrógeno y fosfatos. Algunas de estas se alimentan de algas, otras de pequeños animales o zooplancton, presente en el agua o en el dorso de otros peces. Todo esto genera un flujo de energía dentro de las cadenas tróficas o alimenticias.
Frente a esto, César Román –director del Laboratorio de Ictiología de la Universidad del Quindío y quien lidera el equipo que caracterizó la clasificación de las nuevas especies– aseguró que las halladas son eslabones fundamentales de la red trófica de ecosistemas de alta montaña neotropical, que se encargan de hacer control biológico de plagas y, además, son indicadoras de las condiciones de perturbación por efecto humano.
Román agregó que lamentablemente, debido a la moda de trabajos investigativos con ADN o caracteres moleculares, describir nuevas especies para algunos biólogos y sus instituciones, en la actualidad no es una prioridad o no genera interés de financiación.
Finalmente, el biólogo destacó que la ictiofauna (fauna de peces) en América del Sur aún es muy desconocida en comparación con otras regiones menos diversas como Europa. “La continua descripción de nuevas especies de peces de aguas continentales colombianas y suramericanas que realiza nuestro grupo, demuestra que el número total registrado en la actualidad, subestima la diversidad específica, que se espera sea mucho mayor.
Fuente: www.agenciadenoticias.unal.edu.co