El incendio que el 15 de febrero de 2016 se presentó en la central hidroeléctrica de Guatapé, en Antioquia, y que dejó la planta fuera de servicio, no se puede adjudicar a la falta de mantenimiento, pero sí a un error humano cometido por el personal de Empresas Públicas de Medellín (EPM) que adelantaba esas labores y que, al final, le genera pérdidas a la entidad por valor de 70 millones de dólares, o sea unos 210.000 millones de pesos.

Así lo ha conceptuado la Contraloría General de Medellín, según la cual el grupo empresarial contaba con un plan de mantenimiento preventivo, tanto para el sistema de cables de potencia como para los demás equipos de la central generadora de energía.
El problema, según el ente de control, se presentó cuando en el sistema de cables se ejecutaba un mantenimiento, para corregir una fuga de aceite. Durante esa operación, aseguró la Contraloría, hubo una cadena de “eventos desafortunados”, que terminaron ocasionando el incendio del sistema de cables de potencia.

El primero de ellos, según la Contraloría, fue una “descoordinación y/o falta de claridad y entendimiento entre el personal experto encargado de reparación (contratista extranjero) y el personal de EPM, debido a que ambas partes interpretaron de forma diferente el término “normalizar el sistema”, pues mientras para los expertos “normalizar” implicaba evaluar el estado del circuito hidráulico y realizar las tareas necesarias para corregir cualquier eventual anomalía, para luego proceder a energizar y entrar en operación; y para el personal de EPM, “normalizar” significa realizar las maniobras de conexión y energización para entrar en operación”.

En un comunicado, la Contraloría destacó que esta última maniobra fue la que se hizo y, por lo tanto, “se energizó el sistema de cables, sin percatarse que durante el procedimiento de corrección de la falla, había ingresado aire y pérdida de presión de aceite en el circuito hidráulico, lo que originó la explosión y posterior cortocircuito, iniciando el incendio del sistema de cables a 230 KV de la Central Guatapé”.

El otro “evento desafortunado” que menciona la entidad que dirige la abogada Patricia Bonilla Sandoval, es que “los disparos asociados a las alarmas activadas por baja presión de aceite, y que debieron actuar previamente a la activación de las protecciones eléctricas, no funcionaron adecuadamente, debido al desprendimiento de un cable de control que debía llevar la señal de disparo al dispositivo de protección”.

US$231 millones en pérdidas

De acuerdo con los datos divulgados por la Contraloría de Medellín, el siniestro ocurrido en la Central Hidroeléctrica de Guatapé produjo pérdidas por 231 millones de dólares, que en moneda local equivalen a 693.000 millones de pesos.

La cifra se descompone así: 23 millones de dólares por concepto de reparaciones y 208 millones de dólares por lucro cesante, o sea la energía dejada de vender al mercado mayorista de electricidad, la cual afectará los ingresos operacionales del 2016 de EPM.

No obstante, de los 231 millones de dólares, la aseguradora RSA le reconocerá 163 millones de dólares a EPM, pues los daños estaban asegurados con una póliza “todo riesgo daños materiales”. En consecuencia, la pérdida neta para la empresa será de unos 70 millones de dólares, o sea 210.000 millones de pesos, que impactarán negativamente sus estados financieros durante la presente vigencia.

Por estos hechos, concluyó la Contraloría, no se abrirán procesos de responsabilidad fiscal contra funcionarios de EPM, “ya que como se expresó anteriormente hubo una diferencia en la interpretación técnica entre el personal nacional y el contratista extranjero encargado de las reparaciones en cuanto a “normalización del sistema”.

Fuente: El Colombiano

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