Alejandro no olvida cuando llevó a su casa un esqueleto de rata para reconstruirlo, algo que logró sin apoyo. “Era un dolor de cabeza porque llevaba insectos, plantas y cráneos de animales que encontraba”, dijo el joven, que aunque nació en Caracolí hace 24 años, se crió en Marinilla. De esas travesuras pasó al gusto por las ciencias naturales, donde se destacó por su rendimiento y la facilidad de comprensión. De ese paso recuerda a profesores como Guillermo Cañas y Piedad Restrepo.

En 2005, tras concluir el colegio y orientar con éxito la Feria, decidió estudiar ingeniería ambiental en la Universidad Católica de Oriente – UCO, donde por un trabajo académico se apasionó con los peces. Fue en clase con un profesor que pidió investigar todo sobre un animal, incluyendo orden, género y familia. Por eso acudió donde la docente Úrsula Jaramillo, quien aceptó orientarlo en su especialidad: los peces.

Hacia lo ambiental

“A partir de ese momento me interesé y me puse a investigar sobre los bagres, e hice mi trabajo sobre ellos”, recordó Zuluaga, quien luego de encarretarse con los peces le pidió a la profesora que lo invitara a actividades académicas similares. Ella, al valorar la calidad del trabajo, lo invitó a participar en una investigación sobre diversidad de peces del Oriente, no sin antes advertirle que no habría recursos. Un asunto que no inquietó a Alejandro pues lo que le interesaba era el conocimiento.

En ese viaje, donde recorrió todo el Oriente, conoció la diversidad de especies que hay en quebradas y ríos de la región y aprendió de expertos como Javier Alejandro Maldonado, curador de la colección ictiológica del Instituto Humbolt. Además, su trabajo fue tan destacado que al final le pagaron. Fue el inicio de una carrera en torno a la ictiología, rama de la zoología dedicada al estudio de los peces.

Luego vinieron otros proyectos y consultorías con instituciones públicas y privadas, la mayoría en torno a proyectos hidroeléctricos como La Miel y el trasvase del río Guarinó, en Caldas, e Hidroituango, en Antioquia. También fue reconocido por RedCOLSI, que le otorgó mención de honor por un trabajo suyo.

En la UCO, Alejandro estuvo a cargo de los laboratorios de botánica, microbiología, química y anatomía. Allí, junto a la docente Alexandra Arango, trabajó en el área de Limnología y Recursos Hídricos, donde la Universidad se destacaba por el trabajo de Javier Roldán, director de Investigación y Desarrollo, y considerado el padre de la limnología en Colombia.

De su trabajo en Hidroituango surgió el proyecto de grado: ‘Variación espacio-temporal de la asociación de especies ícticas y de los aspectos tróficos y reproductivos de las especies de peces reófilas propias de la cuenca media y baja del río Cauca’, que le permitió registrar el hallazgo en esa región de un pez no propio de la zona y del cual se sabía poco hacía muchos años.

Brasil…

Ese hallazgo lo motivó a postularse al Encuentro Brasilero de Ictiología, en Manaos, donde expuso su tesis. “Brasil es la meca en investigación biológica, entonces era una meta muy grande”, contó Alejandro, que aprovechó la experiencia para conocer a prestigiosos académicos como Mário Barletta. Luego fue a Recife para hacer una pasantía y buscar apoyo para una investigación “sobre utilización de herramientas nucleares para resolver preguntas ecológicas”. Aprendió e hizo contactos, pero al no conseguir apoyo, regresó a Colombia donde aspiró a una maestría que, por costos, no inició.

Tocó entonces puertas de nuevo en Brasil y gracias a los contactos hechos en sus viajes anteriores, este año logró acceder a la maestría en Ecología Acuática y Pesca, de la Universidade Federal do Pará, en Belém, Brasil, luego de un proceso que incluyó pruebas y entrevistas que lo ubicaron en tercer lugar, alcanzándole para la beca que otorga el estado brasilero.

Alejandro destaca la calidez de los brasileros y la biodiversidad de una región que se encuentra en el estuario del río Amazonas, donde concluyen el agua dulce y salada del océano. “El más grande laboratorio para una persona que trabaje con peces por diversidad, paisajes y ecosistemas”. Además, “personas que cité en mis trabajos en este momento son mis profesores, mundialmente famosos”.

Alejandro tiene claro que ese conocimiento desea replicarlo en el país. Por ahora concluirá su maestría y continuará su doctorado en el exterior, pues los análisis de la investigación que desarrolla en el Amazonas serán en Estados Unidos y Alemania. Al hacer un balance de su carrera, cree que la clave ha sido empezar desde muy temprano a perfilarse y entrar en contacto con personas. También estar abierto al mundo, como lo describe una frase de Einstein que le gusta mucho: «El secreto de la creatividad está en dormir bien y abrir la mente a las posibilidades infinitas ¿Qué es un hombre sin sueños?”.

 

Por: Fredy Zuluaga Hoyos. Comunicaciones Gobernación de Antioquia.

Twitter: @Fredyaz

Fuente: www.inforiente.info

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