Como ya es costumbre en nuestro país día a día encontramos un sin número de noticias.
Algunas de mayor interés, otras de menor trascendía y un puñado de otras que no deberían aparecer en los medios.
Se da un gran despliegue a noticias sensacionalistas que aumentan el rating y estas crecen como una gran bola de nieve debido a la viralidad de las redes sociales.
¿Estamos dejándonos influenciar por los medios?, ¿será que no queremos estar out y comentamos este tipo de noticias o como mínimo un like?
Para citar solo un ejemplo, ¿qué pasó con las noticias de ayer?, ¿recuerdan la triste noticia de los niños del Caquetá?, ¿qué seguimiento se sigue haciendo contra la violencia a niños, niñas y mujeres?
En los medios sólo se vuelven a resaltar los hechos si se da otro caso de intolerancia y barbarie, o si se revive un proceso porque el periodista está en las puestas de la fiscalía pescando la nota.
¿Qué seguimiento le hacemos a los procesos de prevención y a las acciones de las instituciones y políticas estatales frente a estas problemáticas?
Tal vez si los medios le dedicaran más tiempo al cubrimiento de las noticias y fueran más allá de la “chiva” y del inmediatismo, haciendo control y seguimiento, y teniendo en cuenta su potencial pedagógico y social, se podrían prevenir muchos acontecimientos y evitar que se vuelvan a presentar, para que así no tengamos que volver a ver en el periódico de hoy, la crónica de una muerte anunciada o los reportajes y noticias sobre los hechos y acontecimientos que ya se veían venir.
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