“Estaba así, arrodillado, cortándole el bracito a la niña. Después me dijo que a qué había ido yo allá y casi me tira con el cuchillo”.
Esa es la escena que vivió uno de los dos tíos de un joven de 21 años, que en la madrugada del martes fue sorprendido cuando asesinaba a su hija, de apenas dos años, en una casa de la vereda El Águila, del municipio San Vicente Ferrer, en el Oriente antioqueño.
Era aproximadamente la 1:00 de la mañana cuando él y su hermano fueron a la vivienda donde ocurrió el ataque, porque la compañera sentimental del sorprendido filicida (persona que mata a su hijo), logró huir del lugar para pedirles ayuda. A ella le había propinado dos heridas con arma blanca en la cabeza, que no revestían mayor gravedad.
“Tocó duro y nos dijo: ‘¡Alonso! ¡Guillermo! ¡Vengan, vengan! ¡Auxilio que me mataron la niña!’”, contó uno de los dos hombres, de quien reservamos su nombre completo por exigencias de ley cuando las víctimas son menores de edad.
El padre, de 21 años, no solo había acabado con la vida de la infante, sino que tenía a su hijo (un bebé de 10 meses) en la residencia y sus intenciones no eran buenas.
“La Policía informó que cuando llegaron estaba intentando ahogar a su otro hijo. Una cosa realmente escalofriante”, dijo el secretario de Gobierno de Antioquia, Santiago Londoño.
Capturado
Ante el amenazante y peligroso sobrino, Guillermo y Alonso no pudieron hacer mayor cosa para controlarlo, pero la madre de los niños ya había ido a buscar más ayuda donde una vecina, que llamó a la Policía.
“Él nos miraba, mientras bailaba y gritaba dizque ‘somos hijos de Dios’. Nos dijo que nos abrazáramos porque Dios estaba viéndonos”, cuenta uno de los tíos.
Los uniformados lograron llegar antes de que el joven ahogara a su hijo en una poceta y lo capturaron. En ese momento, el piso estaba encharcado con agua porque el agresor había tratado de borrar los rastros de la cruel muerte que le produjo a su hija, que apenas comenzaba a vivir.
Fuente: el Colombiano.
