Contra José David Suárez, alias “el Becerro”, considerado uno de los jefes históricos de las Farc, las autoridades tenían un gigantesco prontuario por numerosos ataques contra la Fuerza Pública, tomas guerrilleras, secuestros y narcotráfico.

Así se reseña a alias “Becerro”, en los expedientes judiciales, en los informes de las autoridades antinarcóticos y versiones de guerrilleros desmovilizados, quienes habrían combatido a su lado. Según el Comando de las Fuerzas Militares, el jefe del frente 57 de las Farc, guerrilla que integró por más de 36 años, “murió en combate en una operación conjunta de la Policía y la Fuerza Aérea en la vereda Garval, de Bojayá”.

En el combate, además del “Becerro” murieron otros guerrilleros que lo acompañaban. En Bojayá era recordado por ser uno de los mandos guerrilleros que participaron en el ataque que culminó con la muerte de 74 personas por la explosión de cilindros explosivos lanzados el 2 de mayo de 2002 y que impactaron la iglesia católica donde se refugiaban del combate.

Para las Farc, era uno de los “jefes históricos” en el noroccidente del país desde que integró en los años ochenta los frentes 5 y 36, del que fue cabecilla.

Guerrilleros desmovilizados como alias “Samir” recuerdan que desde mediados de los años 90, cuando las Farc incursionaron en el narcotráfico para financiarse, alias “Becerro” tomó la decisión de pasar del simple cobró el “gramaje” a los cultivadores de coca y narcotraficantes a controlar la cadena completa.

Fugas

En los últimos dos años el jefe guerrillero se había refugiado en zonas selváticas entre Riosucio, Unguía y Bojayá y según desmovilizados había ordenado “con desespero la búsqueda de caletas con oro y dinero producto del narcotráfico y la minería ilegal. Tomaba whisky Old Parr y cerveza Heineken”.

La Policía Antinarcóticos lo consideraba uno de los cinco capos del narcotráfico en las Farc y al frente 57 de participar “en toda la cadena del narcotráfico, desde la siembra de la coca, la producción en laboratorios y el tráfico, así como en alianzas con bandas criminales y narcotraficantes”.

Al frente 57 se le señala de “proveer al cartel de los Arellano Félix y al de Sinaloa con estupefacientes producidos en el pacífico chocoano y transportados hacia la frontera con Panamá donde se acopian para luego ser enviados a través de lanchas rápidas a países centroamericanos”, indica el informe policial.

Fuente: Elcolombiano.com

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