Entre el parque principal, donde está la estación cabecera, y las veredas Guamito (estación intermedia) y Las Mangas (estación de llegada), hay casi 3 kilómetros.

La capacidad de las cabinas, aún sin estrenar, es de 600 kilos, que se deben repartir entre los pasajeros y la carga. A los campesinos les parece poca.

El malestar de la comunidad persiste porque la obra inaugurada en enero aún no está en operación, pero la Secretaría de Infraestructura responde que están listos los recursos para que tres cables empiecen a finales de este mes.

León J. Saldarriaga L. | Enviado especial, Nariño | Publicado el 18 de mayo de 2011

Los parroquianos que al medio día tertulian en el parque, no entienden por qué el teleférico, una obra que se inauguró con pompa hace cuatro meses para beneficio de los campesinos, aún no está en servicio.

Desde su inconformidad, se atreven a afirmar que para ser una inversión tan grande, «fue mal proyectada».

Ellos (Alonso Gómez, Rubén Darío Marín y Ricardo Gallo), hombres con la piel curtida de desengaños, afirman que éste será uno más.

Con la experiencia de Jericó, cuyo alcalde, Carlos Augusto Giraldo, habló de los altos costos de la operación de este modo de transporte, señalaron que primero debieron hacer los análisis para saber si lo podrían sostener.

«Hay necesidades más grandes como el mejoramiento de vivienda para tanto pobre y tanto desplazado que hay aquí, que nos tienen olvidados», señala uno de los contertulios.

En lugar del cable, están convencidos de que hubiera sido mejor la carretera entre la vereda San Pedro y San Andrés de Cuerquia, porque desembotellaría unas seis veredas que están muy habitadas y -observan- «sufridas por la violencia». Entre ellas, Las Mangas, San Andrés, El Limón, Candilejas, La Arenilla, San Gregorio y La Arenosa.

«La vía habría sido más rentable porque el beneficio del cable va a ser muy poquito», asegura Gómez.

Con una intuición elemental, Rubén Darío Marín refrenda la duda. «¿Dónde va acomodar un cliente seis o siete cargas de café o de panela?, es que con el cable quedamos con la misma necesidad», comenta.

Más certero, expresa que «los campesinos mantenemos cinco o seis marranitos gordos para sobrevivir, en un vagón de esos no los van a montar, en cambio en una chiva sí».

Pese al poco encanto que les ejerce el teleférico, su incomodidad adicional es que el proyecto no arranca y lo ven como una ilusión. «Aquí nos dicen que sólo falta el técnico, pero nos tienen con contentillo», agregan.

Menos incrédulo, el párroco, padre Pedro Nel Giraldo Zuluaga, recuerda que el gobernador Luis Alfredo Ramos se comprometió a que en el primer año la Gobernación se encargaría de la operación y luego el Municipio.

Pero acepta que, «de pronto una carretera hubiera sido mejor inversión», pues una chiva en un solo viaje carga 50 personas.

Ya está la plata

Ante el reclamo, el director de Proyectos Especiales de la Secretaría de Infraestructura, ingeniero Mario Correa, tiene una expectativa más favorable con el proyecto.

Lo que ha detenido su arranque -explica- es la consecución de los recursos necesarios para su operación y ya se aseguró una asignación de 1.100 millones de pesos para los cables nuevos, que son Nariño, San Andrés de Cuerquia y Yarumal.

En el reparto de la cifra, que es para los próximos 15 meses, a cada uno le corresponde una cifra aproximada de 350 millones de pesos, porque se asume que los primeros meses son más costosos porque se requiere la capacitación de la gente.

En el caso puntual de Nariño -aclara Correa- va a tener tres operadores, un auxiliar administrativo y celadores en jornada diurna.

¿Pero cuándo arrancará? El funcionario sostiene que se firmaron los convenios respectivos con cada municipio y que «la idea es que a finales de mayo estén funcionando los tres cables».

Por ahora, desde una esquina del parque principal, el teleférico es un desafío con sus cabinas vacías, y la mirada se pierde en los 2.792 metros de longitud desde la cabecera hasta la estación Las Mangas.

A los lugareños les queda el derecho a la duda porque un anuncio anterior les habló que máximo estaría operando a finales de abril y no fue así.

Fuente: www.elcolombiano.com – Julio Cesar Herrera

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