La naturaleza pone la infraestructura, lo que se necesita es crear las condiciones para aprovecharla.

Eso es lo que hacen las 24 ecorrutas camineras que lanzó la Corporación Ambiental Cornare dentro de su propósito de fortalecer la economía campesina como manera segura y justa de conservar los recursos naturales. Tienen el apoyo de Coredi y EPM.

Es que la población campesina, dice Carlos Mario Zuluaga Gómez, director de la Corporación, se envejece. Lo confirma el censo rural agropecuario, con la adición de que los jóvenes no desean permanecer más en el campo.

Por la violencia que vivieron y porque con las nuevas tecnologías saben que el mundo es ancho, desean irse a otros lugares donde puedan realizar sus sueños.

Como una manera de permitirles obtener ingresos nacen las ecorrutas, una iniciativa derivada de Banco2, el programa de pago por la preservación del bosque.

En 15 municipios jóvenes presentaron las rutas a través de los Proyectos Ciudadanos de Educación Ambiental (Proceda), recibiendo la financiación de Cornare.

Son cerca de 200 involucrados, comenta Javier Valencia, subdirector de Servicio al Cliente que recibieron capacitación y están en disposición de atender a los caminantes, de caminar con ellos y disfrutar los atractivos y variados paisajes del oriente del departamento.

No solo se “vende” la riqueza del paisaje con diferentes biomas, sino las historias alrededor de esos caminos, sus mitos y leyendas, y los sitios donde se debe parar para la observación y ser atendidos por familias del campo.

La diversidad de flora y fauna en cada una es alta, dice el biólogo José David Restrepo, presidente de la Corporación Ecoguardianes que ayudó a configurar las rutas.

En recorridos someros se detectaron 66 especies de aves, pero hay además mamíferos como martejas y ardillas, aparte de los monos tití grises, especie amenazada, junto a chagualos, magnolias y orquídeas en las diferentes rutas seleccionadas y otras especies endémicas o semiendémicas.

Es, entonces, un recorrido por la naturaleza.

A la vez se fortalece el tema ecológico para promover el cuidado de los recursos naturales de una manera organizada, según Hernán Martínez, coordinador ambiental, y no caótica como son con frecuencia los paseos de olla.

Para los caminantes significa “aventura, y conocimiento ambiental y de la región”.

Zuluaga Gómez cree que las rutas tienen demanda asegurada: cada vez hay más grupos de caminantes de gente que quiere salir de las ciudades y entrar en contacto con la naturaleza, de personas jubiladas y de la tercera edad que encuentran en la actividad un sano esparcimiento.

Así, los recursos naturales conservados pueden ser un buen negocio, sin que sea necesario destruirlos.

Fuente: Elcolombiano.com

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