Habitantes de EL Carmen de Viboral protestan por la presencia del Circo Gigante Americano. Aseguran que hay maltrato animal por tener leones en cautiverio.
Con la consigna «circo sí, con animales no» se plantan desde el viernes, sin falta, cientos de habitantes de El Carmen de Viboral frente a los ingresos del Circo Gigante Americano.
Se dan cita a las 6:30 de la tarde para protestar contra lo que llaman maltrato animal.
Nueve leones, cinco hembras y cuatro machos, son el principal atractivo de la carpa, que llegó al municipio después de haber estado de gira por varios pueblos de Antioquia.
En una jaula de diez metros cuadrados dan vueltas en redondo estos animales, mientras llega el momento de la única función del día, que dura aproximadamente dos horas.
Francisco Suárez, representante legal del circo, afirma que los leones no son salvajes, pues se criaron desde pequeños en cautiverio y siempre han estado en relación con seres humanos.
El león más pequeño tiene dos años y el más viejo veinte. Y todo ese tiempo han estado con su domador haciendo las demostraciones que divierten a los asistentes al espectáculo.
Sin embargo, nada ha atenuado las protestas. Lo primero que hicieron quienes las dirigen fue pedir ayuda a la Policía, pero la respuesta de la institución fue que, «el circo cuenta con la resolución que los autoriza para operar y el permiso de Cornare, autoridad ambiental del municipio», afirma el patrullero Julio Saavedra.
Aurora Gómez, directora regional de la sede Valles de San Nicolás de Cornare, certifica que el espectáculo cuenta con la autorización Cites (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) de importación de los animales, y tiene todos los papeles en regla, lo cual les impidió negarles el permiso.
Aún así, funcionarios de la entidad ambiental visitaron la carpa para examinar la salud de los leones.
«Se realizó una inspección sanitaria visual que fue aprobada, los leones están bien de salud, no tienen peladuras ni dermatitis, están un poco bajos de peso, porque no es lo mismo encontrarlos en su hábitat, donde recorren varios kilómetros y aumentan su base muscular, a verlos en jaulas», explicó Harold Areiza, veterinario que hizo la visita.
Francisco Suárez confiesa que los cirqueros se sienten discriminados en muchos aspectos por tener este tipo de espectáculos. Pero recalcó que en Colombia no hay una ley que prohiba el uso de animales en los circos.
Por eso sostiene que, «mientras no haya algo que me lo prohiba, los animales seguirán conmigo».
No ir al circo
La conciencia para la protección de los animales está creciendo en El Carmen de Viboral y eso alienta a los manifestantes. Martha Buitrago asegura que las protestas han mermado la asistencia a las presentaciones.
«El solo hecho de tenerlos en cautiverio es una forma de maltrato», afirma Buitrago, directora de la Asociación Defensora de Animales de El Carmen de Viboral y líder de las protestas.
A los plantones se sumaron también varios jóvenes que planean su acción a través de Facebook. Ellos dicen que los circos que no tengan animales son bienvenidos al municipio.
Por su lado, Francisco Suárez anhela dejarles la vocación de cirqueros a sus hijos para que continúen con la tradición, a la que él pertenece desde niño.
Sara Cano Pineda | Medellín | Publicado el 9 de marzo de 2011. Periódico El Colombiano