Por ahora, la familia de Gabriel García Márquez no ha decidido dónde quedarán las cenizas del escritor. Han estado más bien encerradas en una resignada tristeza, esperando para asistir a algunos homenajes que le rendirán, primero en México y después en Colombia, al autor de La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada.
En el sitio donde Gabo escribió el primer capítulo de su existencia, Aracataca, lo mismo que en ese otro donde puso el punto final, México D.F., esperan que al menos parte de sus despojos mortales se queden con ellos.
«Es una decisión estrictamente de la familia, tremendamente privada e íntima y nosotros, como gobierno, no nos vamos a pronunciar hasta que la familia no tome una decisión oficial y todavía no lo ha hecho», dijo el embajador en México, José Gabriel Ortiz.
El diplomático aclaró que la decisión de que se repartan entre México y Colombia sus restos no es un hecho sino «el deseo del pueblo colombiano, empezando por el presidente Juan Manuel Santos».
El hermetismo de la familia ha sido tal, que hasta la confirmación de la muerte llegó de parte de las autoridades de cultura mexicanas. Nadie indicó las causas del fallecimiento, ni se aclaró si fue debido a un cáncer o por complicaciones vinculadas a las infecciones que a principios de abril provocaron su hospitalización. También fueron voceros de Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, (Conaculta), quienes revelaron el sábado, en un escueto comunicado, que sus restos ya habían sido incinerados.
Por la casa colonial donde vivía García Márquez en un tranquilo barrio mexicano han pasado amigos, familiares y admiradores anónimos para dejar flores, recuerdos o incluso para cantarle una canción tradicional de su tierra.
El número 144 de la calle Fuego luce apagado y triste. Quien entra es acompañado por alguien que sale de la casa y lo lleva al interior, donde la familia vive el duelo en la más estricta intimidad.
«Quieren estar tranquilos y que se les respete porque siempre han sido una gente muy discreta, de muy bajo perfil y una familia tremendamente unida», añadió José Gabriel Ortiz, quien los visitó el viernes. Ortiz comentó: «a Mercedes la encontré bien, muy tranquila, obviamente acongojada por el golpe, asimilando la pena, pero con mucha entereza y mucho valor».
De los hermanos de Gabo, ya Jaime, el menor, está en suelo azteca, saludando a su cuñada, Mercedes, y a sus sobrinos, Rodrigo y Gonzalo, y atento a participar en los homenajes de hoy. Se espera que algunos otros lleguen para asistir a los actos de despedida de Gabo.
Tributos en los dos países
El presidente Santos confirmó su participación en el homenaje de esta tarde en el Palacio de Bellas Artes de la capital mexicana.
Según la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), María Cristina García Cepeda,las cenizas de Gabo serán depositadas en el vestíbulo del palacio a primera hora de la tarde y estarán allí por tres horas.
La directora del INBA señaló que los compases del húngaro Béla Bartók se unirán a los ritmos del vallenato, como homenaje a un hombre que, según sus amigos, era fanático de la música y a quien le gustaba cantar y bailar cuando encontraba ocasión.
También habrá flores amarillas, las preferidas por el autor de Relato de un náufrago y que solía utilizar para adornar su solapa cuando aparecía públicamente.
El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, organizador del evento, no ha dado más detalles sobre la ceremonia. Esa entidad, equivalente al Ministerio de Cultura, se ha limitado a informar que «el público podrá celebrar su legado». A este comunicado, el Embajador colombiano en México añadió: tal ceremonia «será muy protocolaria» y durará dos o tres horas.
«El presidente de Conaculta, Rafael de Tovar y de Teresa y yo recibiremos las cenizas de parte de la familia a las cuatro de la tarde y ahí haremos la primera guardia. Luego, estás se irán rotando, según el protocolo mexicano, para que finalmente los dos últimos sean los dos presidentes (Juan Manuel Santos y Enrique Peña Nieto), quienes sobre las seis de la tarde ofrecerán breves discursos», señaló Ortiz en torno al homenaje.
Desde primera hora de mañana de hoy, la embajada de Colombia en México dispondrá un libro de condolencias para todo aquel que quiera dejar un mensaje para Gabo, quien por cierto se lamentaba de lo injusta que era la muerte, quien sabe si por miedo, en todo caso sí por no dar la posibilidad de contar esa experiencia, «la más importante y dramática de todas».
Por su parte, el Ministerio de Cultura de Colombia informó que Santos encabezará mañana, en Bogotá, una ceremonia solemne en memoria del Premio Nobel en la Catedral Primada, que será transmitida a todo el país por las frecuencias de radio y televisión oficial. Se presentará la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, bajo la dirección del maestro José Luis Domínguez Mondragón, que interpretará el Requiem de Mozart.
Estarán acompañados por la Sociedad Coral Santa Cecilia, dirigida por el maestro Alejandro Zuleta Jaramillo, además actuarán como solistas Pablo Martínez, tenor; Ana Cristina Mora,contralto, y Julieth Lozano, soprano. Se contará con la participación especial del bajo Valeriano Lanchas.
«Las personas que deseen acercarse a la Catedral Primada y no puedan acceder a la iglesia, podrán presenciar el evento a través de pantallas gigantes de televisión que serán emplazadas en la Plaza de Bolívar», agregó la nota.
La ministra de Cultura, Mariana Garcés, anunció que el 23 de abril, Día del Libro, se leerá en voz alta en las bibliotecas públicas del país El coronel no tiene quién le escriba, un acto al que dará apertura el presidente Santos. Además, que el 6 de mayo será lanzado el premio Hispanoamericano de cuento Gabriel García Márquez, en colaboración con el Instituto Cervantes de España, el cual contó con el aval del propio homenajeado.
Todo parece indicar que, por ahora, todos están dedicados a despedir a Gabo como debe ser; después, pensarán en el sitio de reposo de sus cenizas
Fuente: El colombiano