La Registraduría, los candidatos finalistas, Uribe, Vargas y Petro, entre los exitosos. Los partidos tradicionales, Noemí, Pardo, los hackers y Chávez, entre los vencidos.

Ganadores

Registraduría: porque cumplió lo prometido y entregó los resultados en tiempo récord. Los temores surgidos luego de las elecciones legislativas del 14 de marzo fueron superados gracias al trabajo de la entidad y la empresa contratista UNE.

El reto que viene para esta entidad es el de las elecciones locales en el segundo semestre del último año, en las cuales deberá demostrar su capacidad.

Juan Manuel Santos. Alcanzó una votación que sorprendió a sus rivales, pero quizá no a su campaña. De hecho, en las horas previas a las elecciones, en ella se hablaba de una cómoda victoria basada en una encuesta interna. El trabajo del último mes, que desde que la campaña fue objeto de profundos cambios liderados por el propio Santos, dio frutos.

Como avezado político Santos sabe que no ha ganado todavía. Las alianzas y el manejo de su campaña en los 20 días que faltan para la segunda vuelta serán factores definitivos.

Antanas Mockus. Logró el cometido de llegar a segunda vuelta. Al fin y al cabo, ese era el propósito inicial. Obtuvo más de tres millones de votos, mientras en 2006 obtuvo cerca de 140.000.

Sin embargo, no alcanzó la votación que las encuestas le auguraban. Ahora tendrá que abrir las puertas a las alianzas, pues, como quedó demostrado, con el solo voto de opinión no le será suficiente.

Germán Vargas Lleras. Contra los pronósticos alcanzó una votación sorprendente. El efecto de los debates y el sello personal de su campaña en los últimos días, es decir, que su programa era el más estructurado, caló en la opinión. Alcanzó la suma de las votaciones por Rafael Pardo y Noemí Sanín, los candidatos de los partidos tradicionales.

Vargas Lleras se convierte en una de las piezas clave para la definición del 20 de junio. Y, de otro lado, ha construido un sólido futuro político.

Gustavo Petro. Recibió un respaldo popular importante, en el que se suman no sólo el apoyo de su colectividad, sino una buena cuota de voto de opinión, resultado de su excelente manejo del discurso y de su tarea de control político en el Congreso.

Además marcó distancia a tiempo con el candidato del Partido Verde, para cohesionar a la izquierda en torno a su propuesta democrática. Sea quien sea el nuevo Presidente, las tesis sociales de Petro serán fundamentales en los cuatro años.

Abstención. Aunque no registró los niveles de otras elecciones, la esperanza de que los colombianos se volcaran a las urnas no se consumó. Este resultado también contrasta con el aparente entusiasmo que se vio antes de la jornada electoral, expresado en las encuestas.

Democracia. Las amenazas no fueron más que eso. Ni la guerrilla, ni los delitos electorales incidieron en los resultados ni en la jornada de votación, que transcurrió en calma y en paz.

Álvaro Uribe. La amplia diferencia de Santos frente a los demás candidatos es también un respaldo a su gestión. El Presidente fue ferviente defensor del candidato de La U, hasta el punto de tener injerencia en la campaña. La gente respondió a su petición de conservar la gallinita ‘Doña Rumbo’, figura con la que pidió dar continuidad a sus políticas.

Perdedores

Las encuestas. Jamás en la historia del país se habían hecho tantas, y nunca como antes los medios de comunicación les habían dado tanto protagonismo. Sin embargo, la mayoría se equivocó. Hablaban de un empate técnico entre Santos y Mockus y relegaban a Vargas Lleras al quinto o sexto lugar. ¿Qué pasó? Las firmas encuestadoras deberán darle una explicación al país.

Partidos tradicionales. Los resultados de Pardo y Sanín deben ser tenidos como un fracaso de los partidos, no sólo de ellos como candidatos, sino de los partidos que representan: liberal y conservador.

Los resultados de estas colectividades no les permiten jugar un papel decisorio a la hora de las alianzas para la segunda vuelta. Pareciera que estas organizaciones ya no pesan ni en las ciudades ni en la Colombia rural, respaldo del que se ufanaban.

Han pasado 12 años para los liberales y ocho para los conservadores en los que no han llegado al solio de Bolívar.

Noemí Sanín. Cuando pasó la consulta conservadora pareció emerger como la más cotizada rival de Santos, quien ya figuraba primero en las encuestas. Pero a partir de ese momento comenzó a registrar un descenso vertical que este domingo se comprobó, cuando apenas arañó el 6 por ciento de la votación.

Los debates se convirtieron en un calvario para ella. Se mostró ambigua, su mensaje no fue claro. Al final no se supo qué representaba, si el continuismo o su oposición.

Rafael Pardo. Orientó su campaña a mantener el voto liberal. Así descuidó la estrategia para convocar el voto de opinión. Le faltó creatividad para seducir a otros sectores de la sociedad. Pero también pagó el precio de un partido sin norte y que no se repone desde el proceso 8.000.

Las Farc. Como en otras ocasiones, esta guerrilla amenazó con sabotear las elecciones. No obstante, el país votó tranquilamente y los comicios pasaron a la historia como uno de los más pacíficos. La sociedad colombiana dijo ‘no a la violencia’.

Los hackers. En las elecciones legislativas lograron sabotear la publicación de los resultados. La amenaza para estas elecciones estaba latente. Sin embargo, el trabajo de seguridad informática de las empresas contratistas blindó la presentación de los resultados y permitió su divulgación a tiempo.

Fuente: www.semana.com

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