Nunca antes, el contraste entre el rosado, el rojo, el naranja, el amarillo, el verde, el azul, el índigo y el púrpura fueron más evidentes ante los ojos de la gente tradicional que reside en el Oriente del departamento de Antioquia. El reconocimiento de la homosexualidad fue durante años sinónimo de lujuria, de enfermedades infectocontagiosas, de Sida, de prostitución y de aberración.
Por Danny Román
El desprecio por las personas evidentemente homosexuales, la discriminación, los golpes e insultos han sido pan de cada día en Colombia. La aceptación de la homosexualidad sigue siendo un mito. Pero ese colorido que atribuye a la vida, la alegría, la naturaleza, el espíritu, el arte y la sexualidad son orgullo para ciudadanos que inclusive viven en un mundo inundado aún de tabús religiosos, políticos y sociales. Rionegro hoy por hoy acepta las diversidades y sus gobernantes ya hablan de la creación de políticas públicas en el futuro, un avance muy importante en estos temas para el Oriente Antioqueño
Pero todo no sigue siendo color de rosa, o de verde o de índigo. La alegría de esa bandera que las comunidades LBGTI
izan con orgullo se rasga con el actuar de personas que se infunden en el rechazo a la diversidad sexual. Jóvenes como Mauricio Ordoñez a diario son insultados y maltratados verbal y físicamente, “me he encontrado en varias etapas de mi vida con personas que muchas veces lo irrespetan a uno, le dicen ¡qué loca! o que ¡mira ese gay! o con otras palabras más fuertes, a esas personas simplemente lo que tenemos que hacer es ignorarlas” afirma este rionegrero de 24 años que considera que durante toda su vida ha sido homosexual pero que su aceptación le ha costado lágrimas.
Y no sólo Mauricio es víctima por reconocer su condición sexual, según él personas cercanas y que también son rionegreras, han sufrido las atrocidades de la discriminación, ya las palabras se convierten en agresiones físicas que en algunos lugares del mundo tienen un final mortal, “en mi caso no se han llegado a presentar sino acciones verbales, físicas no, pero tengo amigos muy cercanos que han sufrido de altos grados de discriminación acá mismo en Rionegro, los han maltratado, les han pegado puños o trompadas como dicen vulgarmente por ahí” aduce Ordoñez.
Edwin Mauricio Ordoñez se ha desempeñado como activista, vocero y comunicador del sector LGBTI en Rionegro. Su condición sexual ha hecho que sea atormentado por la discriminación a pesar de no haber vivido hasta hoy agresiones físicas de personas homofóbicas, “las experiencias más radicales que he tenido en cuánto a discriminación de parte de las personas homofóbicas es que muchos por ignorancia no reconocen que hay personas diferentes que piensan, que sienten y que ante todo son personas humanas”.
“En Antioquia está permitido lo sexual pero no lo afectivo”: Manuel Bermúdez, ciudadano gay de Medellín.
Hace algunos años atrás, en esta región antioqueña pocos reconocían el significado de lo que hoy simboliza la diversidad sexual, un sinónimo de libertad de expresión y libre desarrollo de la personalidad, ambos contemplados en la Constitución Política de Colombia de 1991. Pero esa misma idiosincrasia antioqueña ha facilitado el fortalecimiento de la doble moral, tanto en hombres y mujeres que no aceptan la identidad sexual de otros. Los arraigados ámbitos políticos, religiosos y la cultura machista en los pobladores han permitido que se rechacen en definitiva las diversidades sexuales.
Sin embargo, en Antioquia hay personas como Manuel Bermúdez que han desarrollado un amplio camino de lucha contra la discriminación y a favor de la visibilización de los derechos de la comunidad LGBTI. Según Bermúdez, quien se hace llamar “el ciudadano gay de Medellín” y quien fue el primer hombre en contraer unión marital de hecho con otro hombre en Colombia, las manifestaciones afectivas entre varones para los paisas son una prohibición “Medellín y Antioquia son muy paradójicos porque son una mezcla de muchas dificultades en el tema de diversidad sexual porque para los paisas en general no está permitido ser homosexual públicamente en términos de afecto y de manifestaciones, pero sí está permitida la sexualidad como referente que posibilita el acceso al “HCH”, es decir, hombres que tienen sexo con hombres” afirma Manuel.
Para Manuel las identidades sexuales fácilmente se camuflan en una región que esta tildada por tener la capital de la moda de Colombia, la misma vestimenta de los hombres, sus acciones y sus afectividades hacen que las relaciones masculinas sean cada vez más femeninas, lo que fácilmente proporciona que aparezca esa doble moral, de ocultar las diversidades sexuales y de género.
Manuel ha trabajado por la identificación de los derechos del sector LGBTI en Antioquia desde los ámbitos legales y culturales, según él, la gente debe asumir responsabilidades de diversidad sexual para evitar fobias y conflictos en torno al género. Ese trabajo se ha evidenciado desde las políticas establecidas por algunos gobernantes en el Valle de Aburrá, “en la Alcaldía de Fajardo y de Alonso Salazar logramos infundir la necesidad de un cambio cultural, ya no sólo legal sino cultural, es decir estamos avanzando en normatividades pero sobre todo debemos reforzar en términos culturales, de convivencia y de respeto”.
Y es que más que ser homosexual o ser heterosexual es el identificar que somos personas. Seres humanos con los mismos derechos y los mismos deberes, con algunas diferencias pero con muchísimas más similitudes, así lo afirma el ciudadano gay de Medellín
“hay que mostrarle a la gente que las diversidades sexuales no merecen tratos especiales, sino que tienen los mismos compromisos sociales y legales, los mismos derechos y los mismos deberes”.
Primeros pasos para inclusión de a la comunidad LGBTI en Oriente
Hoy en día se habla más abiertamente en el estrado público acerca del asentamiento de comunidades LGBTI y la necesidad de políticas públicas para esta población. Rionegro ya identificó también la necesidad de culturizar a su población mediante la construcción de mecanismos
de inclusión y respeto por la condición sexual.
Para Diego Alejandro García, Secretario de Gestión y Protección Social de Rionegro, las campañas pretenden irradiar en la gente el respeto por la diferencia y la valoración de la condición humana y de género, él asevera que “este tiene como objetivo sensibilizar a los rionegreros de que hay una población, de que hay un segmento humano que también debe ser respetado y valorado. Lo que nosotros queremos es poderle mostrar a los rionegreros que al ser humano hay que respetarlo tenga la condición sexual que tenga y esa es una de nuestras metas para el cuatrienio de gobierno”.
En mayo de 2012 la Alcaldía de Rionegro lanzó su primera campaña a favor de las diversidades sexuales y planea seguir ejecutando una serie de actividades pedagógicas focalizadas en el respeto y la inclusión de la población LGBTI, estos dinamismos son vislumbrados en el plan de desarrollo local, así lo asegura el Secretario García, “encontramos múltiples sectores que han sido excluidos, que no se han tenido en cuenta en la formación de los planes de desarrollo. Entre ellos hallamos un sector que es la comunidad LGBTI que no ha sido incluida en ninguno de los programas del municipio de Rionegro”.
La idea es que a futuro, los miembros del sector LGBTI de Rionegro puedan acceder a programas de inclusión en cultura, deporte, recreación, salud, vivienda y educación, actividades a las que aún no han podido adherirse. Esa desmitificación del ser homosexual en el Oriente es un trabajo que hay que realizar. La Alcaldía comenzará un proceso de diagnóstico para evidenciar en términos estadísticos la población LBGTI que pertenece a Rionegro, conocer sus necesidades y trabajar por la construcción a futuro de una política pública que aporte al no rechazo de las diversidades sexuales, a la equidad y a la valoración de los derechos humanos.
Las políticas públicas que se adelantan en Rionegro y que deben fortalecerse en toda la subregión entregarán sus primeros frutos cuando el concepto de rechazo por la diferencia, algo similar al racismo o a la violencia contra la mujer, sea erradicado de la mente y del corazón de sus habitantes, así la comunidad LGTBI puede integrarse a la construcción de región como lo
concluye Mauricio “somos personas que aportamos desde el arte, la cultura, el baile, el trabajo, queremos a nuestras familias y sobre todo deseamos aportar a la construcción de nuestra región”
Fuente: Oriente Apress