La intención presidencial de reformar las CAR dio paso a una discusión sobre la efectividad de su tarea. El Gobernador dijo que la corrupción de otras no puede castigar la eficiencia de las de Antioquia.
León J. Saldarriaga L.  Medellín  Publicado el 21 de enero de 2011. Periódico El Colombiano
Hasta de «catástrofe institucional» fue tildada por sectores ambientalistas la intención del gobierno central de liquidar a las corporaciones autónomas, cuyos directores defendieron porque de no existir se renunciaría a un ejercicio que les encomendó la Constitución Nacional.
Como conocedor de su tarea por la relación con ellas, el director de la Ong Conservación Internacional, el exviceministro Fabio Arjona, sostuvo que aquellas no tienen una relación de causalidad con el tema de las inundaciones porque, salvo Cormagdalena, no son las únicas entidades con esa responsabilidad.
Más bien -propuso- el Gobierno debe mejorar la calidad de sus representantes en las juntas directivas (que a veces terminan siendo recomendados de políticos), y hacer una reingeniería en las jurisdicciones para mirar cuál es el mejor esquema en criterios de desarrollo sostenible, lograr algunas fusiones o reformarlas, porque eliminarlas sería un «error terrible».
«En Antioquia hay tres excelentes corporaciones, dos de ellas preexistentes antes de la Constitución: Cornare y Corpourabá», comentó,
Luis Alfonso Escobar, director de Corantioquia, la de mayor cobertura con 80 municipios, planteó que si el Ejecutivo asumiera la gestión ambiental, lo complejo es quién garantiza que se cumplan las normas, algo que lograron las corporaciones con su control autonómico.
En tiempos del Inderena, comparó que al final quedó con un bajo presupuesto y relegado a un instituto de cuarta categoría que se «pasaban por la galleta».
Puso el ejemplo de la construcción de la Troncal del Caribe entre Barranquilla y Santa Marta, que acabó con los manglares de la Ciénaga Grande. «Si no existiéramos, el Gobierno estaría completamente suelto, esa labor no puede quedar en sus manos».
Para dar una idea de logros que no se alcanzarían de otra forma, citó el ejercicio de la autoridad ambiental con las microcentrales hidroeléctricas que -dijo- «están disparadas» en territorio de Corantioquia, como quiera que hay 240 solicitudes, de las cuales se autorizan las que técnica y jurídicamente se pueden ejecutar. «Se hace control sobre un bien natural con criterio de sostenibilidad para que se garantice el caudal ecológico para el consumo humano, de los animales y la vegetación».
La ordenación forestal es otra fortaleza, de la que expuso que se adelanta con 517.000 hectáreas del Nordeste, Norte y Bajo Cauca, con parte de recursos de la Ong internacional Maderas Tropicales, para lo que un particular tiene que presentar un plan de aprovechamiento con base en el cual se entrega una concesión.
» Voces que llaman a reflexionar y evaluar antes de decidir
Cornare nació antes por movimiento ciudadano
El director de Cornare, Carlos Mario Zuluaga, comentó que el problema no es sólo la mitigación de las causas del invierno, sino la falta de cultura frente a las fuentes hídricas, las malas prácticas agrícolas, la ganadería intensiva y el hecho de que el mismo Estado propicia asentamientos en lugares donde no debe como las llanuras de inundación del Río Negro (Caso ICT en El Porvenir).
Indicó que Cornare ha tenido que invertir mucho para mitigar esos impactos, y aseguró que en el escenario que se promueve pasaría de ser una corporación de 26 municipios, a integrar otra con 300, que incluiría de Boyacá, Cundinamarca y Tolima.
Antes de crearse el sistema nacional ambiental, defendió que Cornare ya tenía 15 años, al nacer por un movimiento ciudadano a raíz de los embalses y la carretera Medellín-Bogotá. «La mayor auditoría a Cornare en 30 años se la hizo el invierno, porque no se presentaron desastres ni grandes emergencias». Para lograrlo, destacó las obras de impacto hechas en los cauces del Río Negro y La Marinilla, que impidieron las inundaciones históricos en El Santuario y Marinilla.
Una evaluación seria y no disparar primero: U.N.
El investigador y experto del Instituto de Ciencias Naturales de la U. Nacional Jesús Orlando Rangel Churión, consideró que hay que serenarse y considerar los costos de lo que podría ser una decisión «apresurada, sin evaluación y sin argumentos fuertes».
Expresó que se tiene que hacer diferencia entre instituciones cuyo cubrimiento es nacional con las de carácter más local.
A su juicio, el Gobierno Nacional encontró que muchos problemas que originó el invierno están relacionados con falta de diligencia y previsión de las CAR y por eso halló la «causa ideal» para reformarlas.  Mejor sugirió hacer una evaluación seria para ver qué metas se han cumplido, qué logros se han tenido, en lugar de disparar primero y preguntar después.
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