La carencia de herramientas de los cuerpos de bomberos del Oriente no es diferente a la del resto de Antioquia.
Sin embargo, la preocupación de autoridades, comunidad y rescatistas de esa subregión, en la que opera el aeropuerto José María Córdova, de Rionegro, radica en que los equipos que tienen son insuficientes para atender una emergencia aérea.
Y es que con el accidente del avión de LaMia que transportaba la delegación del equipo de fútbol Chapecoense, se desnudaron las necesidades.
Esa noche, del pasado 28 de noviembre, el ímpetu, la rapidez y experticia de los 17 bomberos de La Unión opacó las falencias de infraestructura para su capacidad de respuesta.
“Nunca nos imaginamos que se fuera a caer un avión y no estamos preparados, pese a que este es un corredor aéreo. Al principio, el Cuerpo de Bomberos de La Unión atendió la emergencia con los pocos recursos que tenemos. Esperamos que ahora el Gobierno nos ayude”, sentenció Arquímedes Mejía, comandante de ese organismo, y quien junto a sus hombres fue reconocido por colegas y autoridades el pasado viernes, en un sentido homenaje, por la labor heroica en el rescate de seis sobrevivientes y 71 cuerpos sin vida.
El mensaje del comandante Mejía es dramático. En su municipio, por donde sobrevuelan los cerros a diario decenas de aviones que buscan aterrizar en el aeropuerto José María Córdova, de Rionegro, apenas cuentan con una vieja ambulancia que les fue donada, una máquina contra incendios del año 1950 y una camioneta 4×4 con 10 años de uso y ya deteriorada por el trajín.
“Necesitamos muchos equipos, porque hubo personas del vuelo de LaMia que no pudimos rescatar de mejor manera, pues no teníamos herramientas necesarias para quitarles el fuselaje y otros elementos que les cayeron encima”, afirmó Mejía.
Reciben los sobrados
De la situación precaria de los cuerpos de bomberos en Antioquia dijo ser consciente el gobernador, Luis Pérez: “los bomberos no han sido bien tratados en el pasado. Generalmente, piden limosna, les dan instrumentos viejos y no tienen recursos (…), tenemos que darle a cada municipio con cuerpo de bomberos un carro nuevo bien dotado con toda la capacitación”, dijo recientemente.
El concepto del mandatario seccional lo corrobora el capitán, Aurelio Alzate, del Cuerpo de Bomberos de La Ceja. En su municipio, reportó, cuentan con una máquina, un vehículo para transporte de socorristas y dos ambulancias, obsoletos, la mayoría.
En Marinilla, donde los bomberos suspiran de tranquilidad por tener equipos de primer nivel, se solidarizan con sus colegas del Oriente por las necesidades y el riesgo ante las carencias.
“La situación es precaria en otros municipios donde los organismos de socorro deben atender emergencias en vehículos de la Policía y las alcaldías. Tener bomberos capacitados y bien dotados garantiza una mejor respuesta para minimizar riesgos y también para evitar accidentes”, anotó Reinaldo Preciado, comandante del cuerpo del Cuerpo de Bomberos de Marinilla.
Pudieron salvar más vidas
Del siniestrado avión de LaMia los bomberos rescataron ocho personas con vida.
Una murió cuando era trasladada a un centro médico, y otra más en el hospital.
Uno de los rescatistas recuerda que en medio de la oscuridad y el frío la herramienta que más sintieron necesitar era una cuchilla para cortar las latas entre las que estaban atrapados muchos pasajeros.
El alcalde de La Unión, Hugo Botero, fue enfático en reconocer la insuficiente dotación y el riesgo al estar su municipio, como el de La Ceja —donde pudo caer la aeronave de LaMia si no se estrella contra el cerro Gordo—, en una zona de tráfico aéreo.
“Ocurrió esto y nos vinimos a dar cuenta de lo mal equipados que estamos. Es como el inicio para que nos ayuden”, apuntó.
Mejía, por su parte, valora la labor de sus bomberos que sin equipos suficientes salvaron seis vidas.
“Se escuchaba a algunos quejarse, pero fue poco lo que pudimos hacer, y al rato fallecieron porque tenían traumas, hemorragias e hipotermia porque estábamos a dos grados bajo cero”, concluyó.